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El Perro Polar Argentino

 

Una imponente creación argentina, perdida en los anales de la historia.


El dulce de leche, el bypass, y el colectivo, son cosas que todos conocemos, y de las que nos sentimos orgullosos por ser Industria Argentina. Pero no todos sabemos de la existencia de una raza canina que ha sabido llevarse las palmas.
No estoy hablando del gran Dogo Argentino, sino de una raza considerada extinta: el Perro Polar Argentino. Cuenta la historia que, por la década del ’50, se iniciaron las actividades para una de las razas más versátiles que ha existido.

 

El Ejército Argentino, utilizó todo su ingenio y conocimientos caninos para depurar líneas sanguíneas habituadas a las inclemencias climáticas similares a las del continente blanco. Un equipo de 30 enfermeros veterinarios, trabajaron sobre los perros nórdicos de trineo que se trajeron desde Alaska y Groenlandia, quienes fueron la base genética con la que se comenzó moldear al Perro Polar Argentino (PPA).

El principal objetivo era conseguir a un super perro, con características inigualables... un perro que sea capaz de todo. Entre las cosas que se buscaron, y lograron, estaban:

-Que pueda soportar las extremas temperaturas polares: El PPA era capaz de trabajar con absoluta normalidad a -70ºC. Para ello, estaba provisto de una capa de grasa sub-cutánea de 2cm., al mismo tiempo que poseía una triple capa de pelo (lana, pelo y sub-pelo). Una historia cuenta que, cuando la base soviética Vostok registró el récord mundial histórico de frío (89,3°C bajo cero) los perros polares argentinos se encontraban allí de visita y jadeaban tranquilamente en ese frío capaz de congelar el aliento.

-Tirar de un trineo: Eran perros robustos, pero ágiles. Con un tiro de 11 Perros Polares, eran capaces de arrastrar un trineo cargado con 1,1 toneladas, a 50km/hs en terreno llano, y a 80km/hs en terrenos de 45º de inclinación, durante 6 horas ininterrumpidas.

-Sortear los peligros de las travesías: Sin importar el medio de transporte, uno de los peligros más importantes de los viajes en los hielos antárticos, son las grietas. Entre las capacidades del PPA, se contaba la de “olfatear” o “detectar” las grietas, evitando los accidentes. El mecanismo por el cual detectaban las grietas siempre ha sido, y será, un misterio, pero el Perro Polar Argentino era capaz de hacerlo.

-Rastrear a una persona desaparecida en el medio de una tormenta de nieve, sin perder la orientación: Siendo capaces de “olfatear” grietas, rastrear una persona debió ser tarea sencilla para tan noble y dedicado can. Pero hay que adherir algo de suma importancia, mantenían su orientación donde ni los GPS son capaces de hacerlo con exactitud.

 

Y al final surge la gran incógnita: ¿Por qué se llego a la extinción de la raza?

 

La respuesta se puede considerar insólita. En agosto de 1991, los países con presencia en la Antártida se reunieron en Madrid para redactar y aprobar el Tratado Antártico de Protección del Medio Ambiente (TAPMA).

El TAPMA dispuso expresamente el retiro de los perros polares del territorio austral, estableciendo que el 1° de abril de 1994 no podía quedar ninguno en el continente. Y si alguno no hubiese podido ser evacuado, tendría que ser sacrificado.

Una institución denominada Scientific Commitee on Antartic Research ("Comité Científico de Investigación Antártica") fue quien impulso este pedido, apoyándose en equivocadas afirmaciones que incluían: que el Perros Polares Argentinos "transmitían el moquillo a las focas", que "depredaban las pingüineras" y que "albergaban en su pelaje parásitos capaces de alterar el equilibrio ecológico de la Antártida".

Si bien todos estos argumentos pueden ser altamente refutados, no voy a ahondar en el tema, y quiero terminar la nota con una frase del entrenador canino y profesional argentino que intervino en la creación del PPA, el Sr. Sergio Grodsinsky:

             "No hay mito ni leyenda que encuentre oposición cuando la superstición viene del `Primer Mundo`"

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